Nicolás Elton

Cambiando vidas a través de la educación: la mirada de Nicolás Elton

En el mundo dinámico y cambiante de la educación superior, es crucial contar con líderes visionarios que comprendan las complejidades del sector. Hoy tenemos el privilegio de hablar con Nicolás Elton, un destacado experto en innovación y tecnología educativa, cuya trayectoria profesional abarca más de 15 años en el ámbito académico y empresarial. Nicolás no solo ha ocupado roles clave en instituciones tanto públicas como privadas, sino que también ha sido un pionero en uPlanner, donde su papel ha sido fundamental para transformar la educación superior. 

En esta entrevista, exploraremos las tendencias actuales en educación, así como el desarrollo de proyectos claves de educación que ha liderado, como el que se llevó a cabo en Abu Dhabi, trabajando junto con el gobierno de los Emiratos Árabes. Además, examinaremos su trayectoria profesional, desde su paso por Oracle North America, los proyectos enriquecedores que implementó como Director del Centro de Innovación UAI+D en la Universidad Adolfo Ibáñez y su llegada a uPlanner.  

Cuéntanos un poco sobre tu experiencia y trayectoria en el campo de la educación superior, ¿cómo comenzaste tu carrera en este ámbito?  

Me gradué en Ingeniería Industrial en la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile y al salir de la universidad en 2008, comencé mi carrera en el campo de la tecnología para Oracle, una de las principales empresas tecnológicas a nivel mundial gestionando proyectos de implementación de software desde Chile para Estados Unidos. En esa época, no existían herramientas como Zoom ni plataformas similares, así que nuestras comunicaciones se basaban en conferencias telefónicas para colaborar en proyectos. Gracias a esta experiencia, vi como las tecnologías fueron evolucionando a lo que hoy conocemos como el Cloud.  

Creo que fue en 2010 cuando implementamos PeopleSoft Campus Solutions para Rochester Institute of Technology (RIT) en el estado de Nueva York. Aunque no necesariamente en aspectos relacionados con el currículo o la calidad, sino más bien en la intersección entre educación y tecnología, fue ahí donde tuve mi primer acercamiento con la educación. Con el tiempo PeopleSoft ha evolucionado hasta convertirse en uno de los Sistemas de Información Estudiantil (SIS) más importantes, así que me encanta pensar que fui parte de eso. 

Nicolás Elton en las oficinas centrales de Microsoft en Seattle.

Luego de esa primera experiencia en Oracle, ¿cómo seguiste creciendo? 

Después de mi experiencia en Oracle, regresé a mi universidad gracias a un proyecto de investigación al que el decano de ingeniería de ese entonces, Alejandro Jadresic, me invitó a participar. Ahí es donde tuve mi primer acercamiento real con la academia. 

Este proyecto nos proporcionó financiamiento para modernizar la parte académica de la universidad. Fue una oportunidad invaluable en la que aprendí profundamente sobre el ámbito curricular y desarrollé gran parte de mi lado docente. La financiación del proyecto me permitió por primera vez viajar y conocer la realidad de muchas instituciones chilenas, latinoamericanas y también mundiales, lo que amplió enormemente mi conocimiento. 

Nicolás Elton dando un discurso en una ceremonia conmemorando al decano de la Facultad de Ingeniería de la UAI, Alejandro Jadresic.

Fue durante este tiempo donde conocí las acreditaciones que realiza el Accreditation Board for Engineering and Technology (ABET), así que en colaboración con Alejandro y el Profesor Roberto Zarama de la Universidad de los Andes de Colombia empujamos lo que sería una de las primeras acreditaciones ABET en Chile y Latinoamérica. Me tocó participar de incontables seminarios y viajar mucho a USA a conocer y entender cómo funcionaba la metodología en distintas universidades, lo que nuevamente, significó un crecimiento gigantesco para mí. 

Posteriormente, trabajamos en un segundo proyecto llamado ‘Proyecto de Ingeniería 2030’. Este proyecto fue sumamente interesante, ya que exploraba un aspecto de la educación que suele ser más desconocido, la tercera misión. Recordemos que una universidad tiene tres misiones fundamentales: la primera misión se enfoca en la parte académica para formar a los estudiantes, la segunda misión se centra en la investigación donde contribuimos al conocimiento y la tercera que se ha vuelto fundamental en los últimos 30 años, es la transferencia. 

Esta tercera misión es particularmente interesante porque se enfoca en conectar la universidad con el mundo exterior. Explica cómo la universidad puede generar impacto en el mundo, desde ofrecer servicios a la industria a convertir investigación en realidades tangibles. Para ilustrar este punto, consideremos a una profesora que está investigando un sistema para optimizar el número de mamografías que se requiere para detectar un cáncer de mama a tiempo, este conocimiento es clave, pero ¿cómo logramos que esa investigación llegue a ser una política pública? De eso se trata la transferencia, de cómo la universidad trasciende y contribuye al bien común de la sociedad. 

Luego de estos dos proyectos que te dieron un mayor conocimiento en la educación, ¿cuáles fueron tus siguientes pasos? 

Me especialicé en temas regulatorios, específicamente en financiamiento de la educación, y quedé sorprendido del poco desarrollo que existe en este ámbito, no solo en la tercera misión, sino también en el ámbito del aseguramiento de la calidad. Esta fue la época donde estuve en Oxford, en un programa de trasferencia que amplió mi mirada enormemente, desde ahí construimos – junto con Alejandro – lo que hoy es el UAI+D, el centro de innovación y desarrollo de la Universidad Adolfo Ibáñez. 

Inmerso en el mundo de los emprendimientos y las startups, tuve un encuentro fortuito con un ex profesor con el que había trabajado como ayudante: Juan Pablo Mena. Juan Pablo recién estaba emprendiendo con un proyecto y me pidió que lo ayudara con varios aspectos como la gestión y el mercado para identificar el potencial de desarrollo del producto. Luego de un tiempo, él me pidió unirme a uPlanner para trabajar con él. Ya son 7 años aquí y desde entonces, he estado trabajando incansablemente para hacer realidad nuestra visión y transformar la educación superior. 

Nicolás Elton y Juan Pablo Mena junto a David Gibson de Microsoft.

¿Cómo describirías tu rol en uPlanner y cómo es el trabajo con tu equipo?  

Yo nos veo como asesores académicos, porque desde la venta y del producto se necesita a alguien que esté más involucrado en el mundo académico. Es ahí donde aportamos. Desde temas académicos, regulatorios, temas con acreditadoras, centralización, o cualquier otro. Pero no desde el punto de vista simplemente tecnológico, sino enfocado en el impacto. 

El equipo está conformado por profesionales seniors que vienen de la Academia, gente con doctorados, que sabe mucho de diversos temas educacionales y que, por lo tanto, es capaz de involucrarse en proyectos complejos que tocan el core de las universidades. 

Nicolás Elton presentando en el encuentro anual del INQAAHE en 2022.

¿Podrías contarnos en qué consistió el proyecto ADEK en Abu Dhabi y cómo fue el trabajo con el equipo de uPlanner?  

Esta travesía fue especial no solo por el hecho de expandir nuestros horizontes geográficos como empresa, sino también por el desafío que representaba para todos nosotros como profesionales. Desde Chile, un país situado en el fondo América Latina, nos aventuramos hacia una tierra completamente diferente y altamente desarrollada como es Medio Oriente. 

El escenario era el siguiente: yo me monté solo en un avión, sin experiencia previa en apertura de mercados y sin la espalda financiera de una multinacional. Íbamos con el presupuesto justo, pero con una visión clara de lo que queríamos lograr. Fue un viaje de valentía y determinación, un testimonio de nuestra convicción en la calidad de nuestra tecnología y en nuestra capacidad para hacer una diferencia significativa en un entorno tan dinámico y desafiante. 

El primer viaje de Nicolás Elton a Abu Dhabi en 2020.

Hoy, tres años después, Medio Oriente es una de las regiones más importantes para nosotros en términos de la cantidad de universidades con las que estamos trabajando. Esta experiencia nos enseñó valiosas lecciones, primero sobre la capacidad de la innovación para trascender las fronteras geográficas y culturales, pero segundo y más importante, que los desafíos de la educación son globales. 

¿Cómo se dio ese primer acercamiento con ellos? 

Todo comenzó cuando uno de nuestros directores, Jamil Salmi, nos mencionó que tenía un contacto en Abu Dhabi que resultó ser el punto de entrada para nuestra emocionante travesía en el mercado de Medio Oriente. Nos instó, a mí y a Juan Pablo, a reunirnos y compartir nuestra misión en uPlanner y los avances tecnológicos que estábamos logrando. 

En nuestra primera reunión en Abu Dhabi, tuvimos el privilegio de conocer a Susanna Karakhanyan, la Directora de Política y Regulación de Educación Superior del Departamento de Educación y Conocimiento de Abu Dhabi. Durante nuestras conversaciones, comenzamos a construir una relación sólida y mutuamente beneficiosa. Susanna rápidamente entendió nuestro enfoque y visión para mejorar la calidad en las universidades, y desde entonces ha pasado a ser un pilar fundamental no solo para el proyecto, sino para mí como profesional. 

Nicolás Elton y Susanna Karakhanyan, hace unas semanas en Santiago de Chile.

Después de esa primera reunión, viajé para hablar sobre el proyecto en detalle. En ese momento, cerramos el trato inicialmente. Sin embargo, la pandemia llegó y, a pesar de los desafíos que enfrentamos, seguimos trabajando de forma remota, manteniendo nuestra dedicación y pasión por el proyecto intactas. Una vez que las circunstancias mejoraron, regresé a Abu Dhabi, esta vez acompañado por Sebastián Flores, nuestro Chief Data Officer (CDO), quien desempeñaría un papel crucial en la ejecución del proyecto.  

El proyecto que presentamos en Abu Dhabi fue una plataforma innovadora capaz de medir la calidad institucional en las universidades. Esta iniciativa fue más que una simple venta porque fue un proyecto de investigación en sí mismo. Antes de medir la calidad, tuvimos que definir qué significaba realmente en el contexto de la educación superior de Abu Dhabi. Trabajar con Susanna y su equipo fue fundamental, su experiencia y perspectiva representaban no solo al gobierno de Abu Dhabi, sino que una trayectoria y conocimiento del tema astronómicos. Como para hacernos una idea, imaginemos que en Perú el gobierno nos llamara para crear una herramienta que evalúe la calidad en todas las universidades del país solo usando datos de las instituciones. Eso es esencialmente lo que estábamos haciendo en Abu Dhabi. 

Este proyecto no solo marcó un hito importante para nosotros como empresa, sino que también demostró cómo la colaboración internacional y el enfoque en la calidad pueden transformar la educación superior. Estoy emocionado por el impacto que nuestro trabajo continuo tendrá en la educación en Abu Dhabi y agradecido por el equipo apasionado y dedicado que ha hecho posible este logro. 

Has asesorado a varias universidades y gobiernos en temas de eficiencia y garantía de calidad en la educación superior, ¿cuáles son algunos de los desafíos comunes que enfrentan las instituciones en estos aspectos y cómo abordarlos de manera efectiva?  

Esta es una pregunta difícil, porque los desafíos son múltiples, entonces a quien le hagas la pregunta lo más probable es que te responda de forma distinta, y eso no está ni mal ni bien. 

Desde mi ámbito creo que el desafío es que aún no entendemos cuál es el problema, lo que tenemos claro es la importancia de la educación terciaria para el desarrollo económico de los países, y eso ha gatillado una politización excesiva de la educación y una necesidad de mostrar resultados. Esto involucra desde la definición de estándares educativos a nivel local o global, a medir el impacto que esta tiene a nivel individual o social. 

A menudo, nos encontramos lidiando con estándares demasiado generales que no se adaptan a las complejidades y necesidades específicas de cada lugar e institución. Esta falta de adaptación nos fuerza a construir sistemas paralelos para simplemente cumplir, lo que conduce a una brecha entre las expectativas de calidad y la realidad universitaria. Finalmente, se crea un sistema que, aunque aparentemente cumple con los estándares, no logra abordar los problemas estructurales subyacentes. 

Esta situación tiene consecuencias palpables. Tenemos más de 20 mil instituciones en todo el mundo que no utilizan en promedio ni la mitad de su infraestructura. Además, contamos con una tasa bruta de matriculación del 40%, pero solo un 9% en grupos de bajos ingresos, 220 millones de estudiantes y cerca del 70% endeudados, un 60% de matriculación femenina pero solo un 30% en áreas STEM, una tasa de deserción del 49% que ya es preocupante, y solo el 22% de los sobrevivientes encuentran empleo en sus áreas de estudio.

Por un lado, los gobiernos imponen estándares rígidos y poco adaptables, y por otro lado, las universidades se han acostumbrado a encontrar formas de cumplir con estas normativas sin abordar los problemas fundamentales. Esta discrepancia entre las expectativas regulatorias y la realidad universitaria crea un desafío significativo que debemos abordar para asegurar una educación de calidad que se adapte a las necesidades cambiantes de nuestra sociedad. 

¿Qué tendencias o enfoques innovadores has observado recientemente en la educación superior? ¿Cómo están impactando en la forma en que las instituciones gestionan sus operaciones académicas y administrativas?  

A lo largo de los años me han hecho mucho esta pregunta, y creo que nunca he respondido dos veces lo mismo. Hace 10 años cuando estaba iniciando en educación superior hablábamos de los MOOCS como aquello que iba a cambiar todo, las aulas invertidas, gamificación, entre otros. Creímos que todos estos serían la gran revolución, y el tiempo nos demostró que estábamos equivocados. 

Hoy sin duda la disrupción del mundo online es un tema relevante. Los OPM’s, la educación a distancia, el trabajo remoto, entre otros, han surgido como unas alternativas reales, y las universidades tendrán que adaptarse a esto ajustando sus ofertas y entendiendo este nuevo mundo. No digo que la educación tradicional se vaya a ver afectada, creo que esto presenta nuevas oportunidades para aquellos que estaban fuera del sistema. Veo que muchas facultades en las universidades ahora están bajo la modalidad de educación a distancia y me gusta, creo que hay una oportunidad de impacto importante en lo que está pasando en este ámbito. 

Por otro lado, es difícil no hablar de la inteligencia artificial, pero me gustaría abordarla desde un ángulo distinto que tiene que ver con el cambio de paradigma que está viviendo la educación. Te explico, en épocas pasadas uno iba a la universidad a adquirir conocimiento, y uno pagaba por eso, pues este era muy difícil de conseguir en otros lados. Hoy, en la época de la revolución de la información, el contenido ha pasado a ser un comodity y dudo que alguien pagaría solo por obtenerlo. Esto es lo que llamamos cambio de paradigma, y es importante entender que no se da de un día para otro, sino que ha estado permeando lentamente en la educación superior desde hace tiempo, y claro, la disrupción de la IA es quizás el evento que vino a rematar este proceso. 

Lo interesante de esto es que este cambio de paradigma no se da por iniciativa de las universidades precisamente, son los estudiantes los que han empezado a seguir patrones de aprendizaje súper disímiles, obligando a las instituciones a adaptarse y poniendo temas como las trayectorias de aprendizaje flexible y las microcredenciales sobre la mesa. Esos para mí son los grandes temas porque gatillan un cambio completo de como entendemos la educación terciaria. 

Y en el caso de nosotros, en uPlanner, ¿cómo podemos sumarnos a esos cambios que se están dando y cómo ayudamos a las universidades? 

Yo tenía un profesor que siempre nos decía: todos quieren pensar/salir fuera de la caja, pero para salir de la caja debes saber que herramientas tienes dentro de tu caja. 

Las instituciones no logran entender a cabalidad sus desafíos, y esto afecta profundamente la calidad de la educación que ofrecen. Es aquí donde intervenimos. Nuestro papel consiste en ayudar a las universidades a establecer una base sólida sobre la cual puedan construir. Si una universidad carece de esta base, es extremadamente difícil que pueda proporcionar servicios de calidad o abordar problemas de manera efectiva. No es suficiente solo con aportar soluciones superficiales, es esencial abordar los problemas desde sus raíces. 

En uPlanner, nosotros intervenimos directamente en el núcleo de la universidad, proporcionando apoyo desde una orientación fuerte en datos, que involucra tecnología, procesos y las personas que interactúan con ella. Esto le permite a las instituciones identificar áreas problemáticas y visualizar dónde se encuentran los desafíos. Al hacerlo, permitimos que la universidad tome medidas concretas y efectivas para mejorar su situación. Nuestro enfoque se centra en fortalecer la estructura misma de la universidad, lo que, a su vez, se traduce en una mejora palpable en la calidad de la educación que ofrecen. 

Es fundamental entender que sin una base sólida y sin una comprensión profunda de los datos, cualquier intento de mejora se enfrentará a obstáculos significativos. Nuestra labor es proporcionar a las universidades la asistencia necesaria para superar estos desafíos y ofrecer una educación de calidad que prepare a los estudiantes para los desafíos del mundo moderno. 

Para finalizar, ¿hay algún mensaje o consejo que desees compartir con aquellos que trabajan en la educación superior y buscan mejorar sus procesos y resultados?  

Lo que suele suceder es que la universidad quiere resolver todo tipo de problemas, como los que hace un rato mencioné y quiere hacer muchas cosas a la vez. Pero, en realidad, a menudo carecemos incluso de datos básicos. No sabemos cuántos alumnos tenemos o quiénes son nuestros graduados. Mi llamado es a tener objetivos ambiciosos, pero también a mirar críticamente la realidad de nuestra institución. A veces, nos encontramos con universidades que están completamente desconectadas de su propia realidad. Este desconcierto se hace evidente al leer informes de acreditación, donde parece que nuestra universidad podría competir con Harvard, pero la experiencia diaria en el campus revela una verdad diferente. Nos damos cuenta de que falta mucho, que la conexión con la realidad está perdida. 

Entonces, mi llamado es a bajar a la realidad, a arreglar las bases antes de construir sueños grandiosos sobre cimientos inestables. Es esencial enfrentar nuestras limitaciones y trabajar desde ahí para construir una educación superior sólida y auténtica. Solamente cuando nos enfrentamos a nuestras realidades, podemos realmente hacer progresos significativos y crear una experiencia educativa que esté a la altura de las expectativas. 

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *