4 tecnologías disruptivas para la Educación Superior que debes conocer
La tecnología digital domina nuestras vidas y se está insertando con rapidez en la Educación Superior. Y aunque las principales innovaciones aún no son masivas, revolucionarán la educación.
No solo traerán fuertes cambios en los contenidos y la experiencia del estudiante. También incidirán en la retención y todo el proceso de aprendizaje. El panorama se viene muy interesante. Aquí tienes cuatro tecnologías disruptivas para la educación superior que debes conocer.
1. Realidad Virtual (VR)
Hasta ahora la realidad virtual se ha enfocado en juegos y entretenimiento.
Sin embargo, la VR combina lo mejor de la educación presencial y online en una experiencia inmersiva.
Es una forma muy realista y barata de visitar escenarios antes impensados. Algunos ejemplos son el interior de una estrella, los mecanismos de una máquina o una ciudad que ya no existe.
Por ejemplo, el Hololens de Microsoft ya se usa en clases de medicina. Permite visualizar en 3D todo el cuerpo humano en funcionamiento.
Otro caso son apps como VRChat para realizar clases virtuales.
Por ahora la penetración de estas herramientas en el ámbito educativo aún es baja. En Estados Unidos, gran pionero de estas tecnologías, hay pocas aulas equipadas con VR.
Pero esto pronto cambiará. Las universidades más innovadoras ya imparten ciertos contenidos con esta tecnología. Lee aquí una interesante entrevista a académicos de la Georgia State University sobre el potencial de la VR en la educación universitaria.
Fotos: Un académico de Georgia State University guiando a un grupo de estudiantes en un tour virtual de Roma.
2. Plataformas colaborativas
Videos, presentaciones y foros no solo permiten integrar recursos educativos de varias fuentes. También permiten estructurarlos en distintos formatos. Por ello no solo facilitan la experiencia de aprendizaje, también la socializan.
Como resultado, la colaboración entre centros de Educación Superior está creciendo.
Esta una de las conclusiones del NMC Horizon Report: 2015 Higher Education Edition. Un creciente número de instituciones está colaborando para formar alianzas estratégicas.
Los principales frentes son tecnología, investigación y valores compartidos. Estas alianzas son tanto locales como internacionales.
Según el reporte estos consorcios integran un ecosistema mayor que sus partes. Su relevancia y supervivencia dependen de alianzas mutuamente beneficiosas.
Un ejemplo que cita informe es el Open Cloud Consortium. Esta entidad permite a académicos e investigadores compartir enormes cantidades de datos.
Según un reporte de NMC, un creciente número de instituciones universitarias está colaborando para formar alianzas estratégicas.
Esto presenta importantes desafíos para rectores y directores académicos. Por un lado, deben colaborar para impulsar innovaciones que beneficien a sus estudiantes. Por el otro, deben colaborar para nutrir sus ecosistemas académicos locales.
La internet es el gran facilitador de la colaboración en la Educación Superior. ¿La razón? Elimina las limitaciones geográficas. Es así como hoy docentes y estudiantes colaboran en ciudades y países diferentes.
Existen varias plataformas que facilitan la colaboración entre estudiantes. Sin embargo, su uso aún no es del todo masivo en el aula de clases:
- Google Docs permite crear, comentar y revisar en forma totalmente remota
- ePals permite a los estudiantes aprender en una sala de clases global
- Emaze permite crear presentaciones en forma colaborativa
- Otros ejemplos son Wikispaces, Genius, ChalkUp y Google Hangouts
3. Realidad aumentada (AR)
La AR es otra tecnología con enorme potencial para agregar valor al proceso educacional. ¿Cómo? Usa dispositivos móviles para agregar otra capa a la realidad física.
Los anteojos de AR Google Glass es el ejemplo perfecto. Supongamos que un usuario entra a una tienda. Usando estos lentes puede ver información de cada producto «desplegada» en el mundo real.
Lamentablemente la herramienta no tuvo éxito comercial por problemas de privacidad y desarrollo. Sin embargo, todo el potencial de la realidad aumentada quedó claro con la irrupción de Pokemon Go.
En el aula, la RA permite escanear una ecuación y buscar posibles soluciones o tutoriales. En museos y lugares históricos muestra una capa de información sobre los objetos en exhibición.
La ventaja de la AR es que no requiere grandes inversiones en equipos. Solo se necesita un dispositivo móvil, como un teléfono o un tablet, para acceder a sus beneficios.
Por esta razón muchos investigadores ven gran potencial para estimular el aprendizaje.
4. Inteligencia artificial (AI)
¿Conoces a Jill Watson? Es una profesora auxiliar de Georgia Tech. Su trabajo es responder consultas de los alumnos y enviar recordatorios por email.
Lo que pocos saben es que Jill es una inteligencia artificial.
Se supone que fue desarrollada por IBM, pero no está claro. Como sea, el consorcio de educación e innovación NMC señala que la AI revolucionará la Educación Superior.
De hecho ya está registrando avances en el campo del aprendizaje.
Algunos sistemas informáticos ya ofrecen tutorías personalizadas. También pueden moderar discusiones e intervenir el contexto para estimular el aprendizaje.
La AI utiliza algoritmos para personalizar la experiencia de los estudiantes. De hecho aprende la forma en que los estudiantes aprenden. Al mismo tiempo genera data para analizar las necesidades de los individuos y la clase como un todo.
A medida que se vuelva más inteligente e intuitiva la IA complementará la labor de los educadores humanos. Con el tiempo podrá incluso hacer clases e interactuar con los estudiantes.
Esto abre posibilidades fascinantes sobre nuestra forma de aprender y enseñar.
La empresa británica de herramientas educativas Pearson aborda precisamente este tema. En un estudio de 2016 describe dos aplicaciones de la AI en la educación que tendrán un gran impacto.
Pearson vaticina que ofrecerá al estudiante retroalimentación instantánea sobre su avance. No solo eso, también evaluará su nivel de conocimiento e incluso su estado de ánimo. Esto eliminará la necesidad de interrumpir el aprendizaje y tomar pruebas estandarizadas.
Muy pronto la inclusión la AI en los currículos será clave para la atraer y retener estudiantes.
Pero la predicción más fascinante es el desarrollo de “compañeros de aprendizaje para toda la vida”.
Esta verdadero tutor virtual hará preguntas, ofrecerá sugerencias y brindará recursos educativos. También orientará y animará al estudiante cuando encuentre dificultades.
Con el tiempo este compañero “aprenderá” qué sabes, qué te interesa y cómo aprendes. Toda su data –tu data– estará en la nube y seguirá tu proceso desde kinder hasta tus posgrados y más allá.
Por ahora nada puede reemplazar la experiencia de aprender interactuando con otra persona. Sin embargo, muy pronto la inclusión de la AI en los currículum será crítica para atraer y retener estudiantes.
Según Research and Markets la AI crecerá 48% en los próximos cuatro años. Y el World Economic Forum estima que la automatización eliminará cinco millones de empleos a nivel mundial para 2020.
Esto significa que ya necesitamos currículos para crear competencias AI.
Conclusión
América Latina tiene un gran camino por delante a la hora de innovar en tecnología para la educación.
La buena noticia es que muchas de ellas estarán al alcance de casi cualquiera en el corto a mediano plazo.
Pronto ya no será necesario ser una universidad o academia de élite para estar delante de la curva. Es hora de ver cómo integrar estas herramientas en una oferta educativa relevante para los desafíos de hoy.
