Cómo la planeación educativa facilita los procesos de acreditación académica
¿Qué es la planeación educativa?
La planeación o planificación académica en la educación superior consiste de la gestión que define los objetivos académicos generales de una universidad y la forma en que se alcanzarán dichos objetivos. En ese proceso se identifican los objetivos a corto y largo plazo para adaptar la misión institucional a las necesidades de los alumnos.
El propósito de la planeación educativa consiste normalmente en determinar cuál es el perfil del estudiante, qué programas y servicios necesitan los alumnos, qué imagen desea proyectar la institución a los padres y al público y, por último, cómo medir el éxito en relación con estas cuestiones y cómo coinciden con los objetivos de la institución.
La planeación educativa puede llevarse a cabo incluso si una institución no tiene un plan académico formal. Puede llevarse a cabo mediante acciones como la planeación de programas (títulos, especialidades, certificados, etc.), la planeación de investigaciones, la evaluación, la política y la estructura académica, los objetivos específicos de los departamentos o la medición de los resultados del aprendizaje.
Las instituciones de educación superior, al igual que la mayoría de organizaciones educativas, utilizan la planeación educativa para adecuar su oferta académica a las necesidades de los alumnos, identificar y comprometerse con las prioridades de investigación, posicionarse para un éxito sostenible en el futuro y lograr un funcionamiento más eficiente en un plazo relativamente corto.
¿Cuándo se realiza la planeación educativa?
Los planes educativos suelen aprobarse para ciclos de hasta siete años. Las revisiones y actualizaciones son siempre necesarias, y es de esperar un cierto grado de dinamismo en estos ciclos para que los acontecimientos imprevistos o a corto plazo puedan ser contemplados dentro de los planes. Estos imprevistos son, entre otros, los siguientes: procesos de acreditación o reacreditación, cambios en el mercado laboral provocados por acontecimientos mundiales o avances tecnológicos, o acciones de planeación estratégica más detalladas.
¿Cómo se realiza la planeación académica?
Dependiendo de la cultura de la institución y de su historial de planeación, la planeación educativa puede adoptar un enfoque descendente o ascendente. En el enfoque descendente, la alta dirección académica de una institución desarrolla una estrategia y luego trabaja con la dirección académica de las unidades/programas individuales para crear planes específicos para disciplinas concretas. En el enfoque ascendente, los planes de ciertas unidades/programas individuales se combinan con los planes de otras para crear un plan institucional unificado.
Sea cual sea el enfoque, la planeación educativa requiere la formación de un equipo o comité de planeación que guíe el proceso, de la búsqueda de amplias aportaciones de las partes interesadas, la revisión de los datos sobre el rendimiento de los programas académicos, la identificación de tendencias más amplias que afecten a las actividades de investigación y enseñanza de la institución, la determinación de objetivos y la definición de estrategias para alcanzarlos, la elaboración de planes de acción y el ajuste del plan según sea necesario a lo largo del proceso.
La planeación integrada y su importancia en la planeación educativa
La planeación integrada suele considerarse un enfoque sostenible de la planeación que facilita todos los procesos relacionados con ella, ya que establece relaciones, alinea las unidades y los procesos de planeación que no están —o no parecen estar— relacionados dentro de la organización, y pone de manifiesto una actitud de disposición al cambio.
Las unidades financieras, tecnológicas, académicas y de gestión de recursos pueden estar trabajando en tareas específicas de su área que convergen en objetivos institucionales concretos del plan académico, y la planeación integrada permite una colaboración más productiva, junto con un seguimiento más detallado de los hitos y objetivos.
La planeación educativa puede verse a menudo como una responsabilidad reservada a unos pocos actores específicos, que suelen estar en lo alto de la estructura de mando. Este problema puede mitigarse con la participación de otros grupos, lo que democratiza el proceso de planeación y distribuye la carga de la gestión y asignación de recursos para responder mejor a las necesidades de la institución.
El papel de la planeación educativa en la acreditación académica
Todos los organismos de acreditación exigen pruebas de una planeación sistemática integrada, de la gestión y asignación de recursos y de la alineación con las metas, los objetivos y las estrategias institucionales. Asimismo, estas organizaciones examinan cómo se utiliza la evaluación de los resultados del aprendizaje de los estudiantes a partir de los datos de la revisión de programas, tanto desde una perspectiva académica como administrativa.
El problema que surge es que, a menudo, estas pruebas residen en hojas de cálculo que, además de no ser actualizadas ni compartidas con regularidad, están fragmentadas entre los departamentos de la institución. Esto impide que se inicie un ciclo de planeación que debería funcionar de forma continua en el marco de un proceso de planeación educativa ideal. Este ciclo consiste en planificar, ejecutar, asignar recursos y evaluar los resultados.
La tecnología puede intervenir en esta fase para ayudar a las instituciones a gestionar y analizar sus datos con el fin de mejorar sus operaciones, así como para generar las pruebas necesarias requeridas para la acreditación. Otro beneficio subestimado de las tecnologías de gestión académica es la reducción de la fatiga de planeación y evaluación, que se produce fácilmente con estrategias de planeación mal organizadas.
Otra valiosa ventaja es que estas nuevas tecnologías reducen los lentos y tediosos procedimientos de entrada de datos en favor del análisis y la previsión, lo que permite a los profesionales utilizar su experiencia en el campus, transformando la misión institucional en objetivos y resultados concretos.
La planeación es una manifestación de la cultura institucional, de sus valores, misión y visión. Por lo tanto, comienza y termina con la cultura del campus y con su gente. La cultura es importante y las instituciones tienen que trabajar dentro de los límites de su cultura, asegurándose de que todas las partes interesadas sean escuchadas y atendidas adecuadamente según sus necesidades, pero también teniendo en cuenta cómo esas necesidades interactúan con los objetivos de la institución.