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Por qué es importante la planificación estratégica en universidades

Así como diversos fundadores han sido inspirados por principios y valores para crear una universidad con el fin de que sea una contribución para la sociedad, implementar una planificación estratégica en una institución de educación superior es un asunto de convicción y absoluto compromiso de cada decano, director, profesor y empleado de la organización. Solo asumiendo esto, una universidad puede lograr metas más grandes a través de la planificación estratégica.

Esta forma de gestión ya es una práctica bien extendida entre instituciones de educación superior públicas y privadas en muchos países. Pero a pesar de ello, aún genera dudas acerca de cómo implementarla y cómo coordinar cada área de una universidad bajo este amplio paraguas para conseguir los resultados deseados.

Esto ocurre usualmente cuando una institución ha decidido implementar una planificación estratégica sin saber con seguridad por qué lo están haciendo. En primer lugar, dentro de cada institución debe haber absoluta claridad sobre por qué es importante gestionar una universidad por medio de un sistema que originalmente fue creado para y por empresas.

El objetivo básico – así como en cualquier organización orientada al logro de objetivos – es optimizar todos los recursos disponibles para asegurar que la institución sea un proyecto viable. Luego, la acreditación universitaria aparece como otro objetivo esencial para ser logrado por cualquier universidad porque es una de las principales variables que los estudiantes consideran al momento de elegir dónde van a estudiar. También es una escala usada para medir la calidad en las instituciones de educación superior e incluso es un instrumento para rankearlas según niveles de calidad.

En este contexto, la planificación estratégica es una herramienta esencial y muy útil que facilita la recolección de datos, la evaluación de procesos y otros aspectos que un proceso de acreditación universitaria requiere.

Otra meta institucional que las universidades están considerando como un objetivo esencial es lo que explica Fiona Hunter, consultora en educación superior y ex presidente de la EAIE (Asociación Europea de Educación Internacional): “La planificación estratégica es a menudo propuesta como una herramienta clave para una aproximación más sistemática y racional que trae consigo los cambios necesarios para una gran internacionalización en la dirección institucional y las operaciones diarias”.

“Sin embargo, en mi experiencia – agrega Hunter – muchas personas en las universidades son cínicas acerca del valor de la planificación estratégica en la educación superior. Creen que ese método no encaja en la tradición y cultura académica. Al respecto, sostengo que cuando un modelo apropiado es adoptado no solo se alinea con las necesidades específicas y comportamientos de las universidades, sino que además tiene el potencial de convertir lo que a menudo es retórica en realidad”.

La ex presidenta de la EAIE sostiene que si una planificación estratégica es cuidadosamente diseñada “crea un espacio de implementación colaborativa y se convierte en el pegamento que mantiene unidos los procesos de internacionalización. En otras palabras, puede fortalecer la cultura y permitir a la universidad convertirse en la institución que quiere ser”.

Por su parte, la Corporación Rand (una organización de investigación enfocada en políticas públicas) sostiene que la planificación estratégica en la educación superior contribuye a mantener la estabilidad de la institución en un ambiente de permanentes cambios – considerando que las universidades tienen objetivos de largo plazo – y responder de manera constructiva ante la creciente competencia o las amenazas externas.

“Facultades y universidades – explica Rand – tienen diversas y, a menudo nobles, metas. Por ejemplo, apuntan a aumentar su prestigio internacional o lograr un mayor compromiso con la sociedad. No obstante, las instituciones de educación superior a menudo enfrentan significativos desafíos para lograr esas metas. Existe un amplio consenso respecto de que la planificación estratégica, si es implementada de manera correcta, ofrece a las universidades un sólido acercamiento para el logro de metas como estas. Específicamente, los métodos de planificación estratégica pueden ayudar a guiar la alta dirección, así como empoderar a las jefaturas intermedias y alinear sus actividades diarias con los objetivos institucionales. La planificación estratégica también motiva la toma de decisiones basada en datos y sienta las bases para las evaluaciones de desempeño que permiten a los líderes de la institución monitorear los progresos, detectar desviaciones y corregirlas, tomar decisiones sobre la asignación de recursos según las metas definidas”.

Pese al hecho de que cada universidad es un mundo en sí misma, hay algunas prácticas básicas que han funcionado bien donde han sido implementadas. Según la Encuesta 2015 a Líderes de Educación Superior, llevada a cabo por la Sociedad de Planificación en Facultades y Universidades, la creación de conciencia, la incorporación de feedback, la identificación de los perfiles adecuados y la producción de una plan que puede ser implementado son áreas que han tenido buenos resultados en los procesos de planificación.

Así como ocurre en cualquier herramienta de planificación o sistema de estrategia, la planificación estratégica para la educación superior requiere de una gran esfuerzo colectivo de toda la organización para ser efectiva y exitosa. Pero una que ha sido correctamente implementada y está funcionando de manera eficiente, los resultados muestran que el esfuerzo valió la pena.

En los próximos blogs profundizaremos en factores específicos, tendencias y casos de éxito de la planificación estratégica. Pero ahora sería de mucha ayuda si compartiera la experiencia de su universidad en este desafío.

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