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Software educacional: alineando el curriculum de las universidades

El uso de las nuevas tecnologías para la educación permite mejorar la planificación integrada del currículum de las universidades, al recoger datos del desempeño y aprendizaje de los estudiantes a través del big data. Ayudan a organizar el proceso de diseño instruccional y recolección de datos, y evaluar los aprendizajes esperados respecto a mejores prácticas, con inteligencia artificial.

En uPlanner seguimos haciéndonos cargo de las dudas y consultas de los colegas que siguen nuestro blog y redes sociales. Nos comentaron que les interesaba personalmente “la innovación didáctica, alineada con el enfoque curricular orientado al desarrollo de desempeños». Por otro lado, hay interés en conocer “el papel de las TIC en el proceso de los estudiantes de nivel superior”.

Son inquietudes interesantes. Hablamos mucho del uso de las tecnologías de la información en la sala de clases, pero pasamos por alto su potencial de apoyarnos en la mejora y alineamiento de la planificación estratégica, en especial el diseño curricular y la mejora de los planes de estudios.

De acuerdo a NACADA, una fundación norteamericana de apoyo académico a las universidades,

“El mejor uso de las tecnologías se da cuando sus capacidades se alinean con nuestras metodologías de apoyo”.

Imaginémonos una universidad con varias sedes, con 20 secciones distintas de un mismo curso de iniciación. La universidad tiene a cinco profesores diferentes enseñando de manera separada con el mismo currículum, syllabus y objetivos de aprendizaje en cursos online, en formato b-learning y en sala.

Todos tienen preocupaciones comunes al inicio del año académico:

  • “Este tema no funcionó bien con mis estudiantes el año pasado”.
  • “¡No puedo cubrir todo esto en un semestre!”.
  • “Debiera enfocarme en algunos de estos contenidos”.
  • “Mis alumnos ya repasaron esto el año pasado”.
  • “Esto está obsoleto. La industria ya no utiliza estos conceptos”.

Como resultado, los estudiantes podrán aprobar el mismo curso, pero terminarán cumpliendo con aprendizajes completamente distintos de una sección a otra.

Así, pues ¿Qué pasa si los componentes de un curso no están alineados?

Organizando el diseño curricular con tecnologías para la educación

Cuando se recoge feedback de los ex alumnos en procesos de acreditación y evaluación universitarias, a menudo hay dos inquietudes sobre el curriculum y plan de estudios:

  • «No he utilizado para nada lo que aprendí sobre X en clases”.
  • «Me hubiese gustado aprender sobre Y, y saber hacer Z, me facilitaría mucho mi trabajo”.

Sin embargo, coordinar y recolectar esta información es una tarea maratónica. Más aún porque necesita un nivel de flexibilidad para solicitar datos a la universidad, obtener datos fidedignos y muchísima evidencia, que no siempre está en los registros académicos.

Paso 1: recolectar datos duros del software de gestión de contenido (CMS)

Esta es la maravilla del análisis del big data y de distintos tipos de software educacional. Su institución puede tener cursos en línea o de manera mixta, y utilizar una plataforma de gestión de contenidos CMS o aprendizaje e-learning para administrar cursos, aplicar pruebas, comunicarse con los estudiantes y distribuir contenidos.

La minería de datos puede encontrar muchos patrones importantes en lo que allí se recoge, lo que puede ayudar perfilar el comportamiento del estudiante, y permitir que los profesores focalicen mejor su trabajo. Además, el análisis de lo que sucede en esta aula virtual es clave para saber qué está funcionando dentro del currículum, y qué necesita modificarse.

De acuerdo al National Institute for Learning Outcomes Assessment, los sistemas CMS son una gran herramienta de análisis:

“En una sola sección de curso, un académico tiene acceso a una gama de datos cuantitativos y cualitativos sobre el compromiso del estudiante, por ejemplo, en número de palabras publicadas, número total de publicaciones, longitud de posteos, y el texto de cualquier comentario o pregunta que hace un alumno, desde la primera discusión en clases hasta la última”.

Estas transacciones se archivan durante el semestre y luego de que este termina, por lo que se transforma en repositorio de datos con el potencial de ayudar a evaluar los resultados de aprendizaje de toda la institución.

Paso 2: Usar herramientas para verificar si sus resultados de aprendizaje calzan con las mejores prácticas de la disciplina

Un ejemplo nos lo entrega Inés Gil-Jaurena y Sandra Kucina Softic en el International Journal of Educational Technology in Higher Education. El uso de herramientas en la web para ayudar a que los docentes decidan qué métodos de evaluación de desempeños en cursos en línea es más óptimo, y alinear de manera automatizada resultados de aprendizaje planteados por los profesores, respecto a recomendaciones de un software.

  • Los usuarios describen los resultados de aprendizaje que los estudiantes debiesen alcanzar en su curso.
  • Los usuarios luego eligen verbos y taxonomías que mejor describen estos resultados, y el software lo analiza.
  • Se gatilla un proceso que entrega consejos de evaluación, y listados con nuevos métodos de verificación. El motor de búsqueda asigna un puntaje en el que compara la propuesta del profesor con las sugerencias del sistema.
  • La herramienta calcula el mejor método de enseñanza y aprendizaje para los resultados esperados, y describe a los usuarios como utilizarlo mejor.

Luego de testear esta herramienta con los profesores, las investigadoras encontraron que en varios casos les sugería nuevas posibilidades de evaluación, y en otros, revisar las propuestas existentes.

Paso 3: Preparar un proceso que evalúe el currículo con todos los actores involucrados

El California Center for College and Career resume 11 etapas de lo que denomina una “Unidad Multidisciplinaria de Curriculum Integrado”.

Es un largo proceso, que incluye vincularse con socios de la industria y de la educación superior, crear y compartir mapas curriculares y de desempeño, preparar preguntas, asignar responsabilidades, revisar las secuencias instruccionales, fijar métodos de evaluación, y mucho más.

Pero, ¿Cómo recogemos los datos? ¿Cómo coordinamos a todos los que están involucrados en el proceso? Es un verdadero trabajo logístico.

Laurie Dickson y Melinda M. Treml, de la Northern Arizona University explican que el ámbito de la evaluación de programas “normalmente involucra un grupo de académicos que hacen preguntas sobre el impacto de su enseñanza como grupo sobre el aprendizaje de los estudiantes en el programa académico”.

“Un esfuerzo por diseñar bien estas evaluaciones puede ayudar a que los académicos identifiquen verdaderos puntos de éxito que se puedan usar para celebrar el aprendizaje de los estudiantes en un programa académico, o descubrir dónde están teniendo dificultades, para hacer mejoras”.

De acuerdo a las académicas, un paso importante es encontrar los “cuellos de botella” en los aprendizajes. Pero, para alcanzar esto, falta un proceso de análisis grupal.

Paso 4: Aprovechar las tecnologías para canalizar el flujo de información

Jisc, una fundación educativa independiente de Gran Bretaña, ha estudiado el uso de las tecnologías en la mejora del diseño curricular. Identifica elementos que se potenciarían con el uso de nuevas tecnologías como el software para la gestión de proyectos educativos:

  • Mejoras en el flujo de información.
  • Fuentes de información confiables.
  • Procesos administrativos más eficientes.
  • Eficiencia y eficacia con pasos de aprobación más simplificados.
  • Mejora en el acceso a guías pedagógicas para quienes diseñan y describen el curriculum.
  • Más consistencia en los requerimientos de aprobación y aseguramiento de la calidad.

Luego de investigar 12 proyectos tecnológicos en universidades del Reino Unido, la fundación destacó mejoras significativas con el uso de tecnologías:

  • Más focalización en el proceso de diseño curricular, que permite simplificar los pasos de aprobación.
  • Mejores maneras de comprometer a los públicos de interés, como estudiantes, en el desarrollo del curriculum.
  • Maneras efectivas de representar y modelar el currículum.
  • Reducción en el tiempo invertido para tareas administrativas.
  • Mejor comprensión de los principios de educación como un benchmark de calidad del diseño curricular.

¿Utiliza tu institución software para apoyar su diseño curricular? ¿De qué manera?

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