La asistencia como un factor clave para el éxito estudiantil
Ya son muchos los estudios que demuestran lo beneficioso que es para instituciones de Educación Superior monitorear la asistencia de los estudiantes; por un lado, por la estrecha relación entre la asistencia regular y los logros académicos de los estudiantes y, por otro, por la posibilidad que tiene de transformarse en una herramienta de alerta temprana en casos de deserción estudiantil.
La información que se puede obtener a partir del control de asistencia es hoy uno de los principales focos de los departamentos académicos; con esta pueden identificar a tiempo las distintas variables que causan la deserción, y así determinar estrategias y programas de apoyo y soporte para que los estudiantes finalicen sus estudios.
A continuación, te contamos más a fondo.
Del 1 millón 200 mil estudiantes que asisten a la Educación Superior en Chile en promedio 30% abandonan sus estudios, de estos un 28,7% dejan sus estudios en el primer año. La realidad en Latinoamérica es más dramática; “en promedio, solo la mitad de las personas entre 25 y 29 años que estaban matriculadas no completaron sus estudios, ya sea por abandono o porque aún continúan estudiando. De los que abandonan, la mitad lo hace en el primer año de su carrera” (Banco Mundial, 2017).
Cada día más Instituciones de Educación Superior realizan esfuerzos para mejorar sus tasas de retención. Estos incluyen el análisis e investigación del fenómeno a través de estudios dirigidos, concluyendo en su mayoría en que en esta problemática influyen múltiples factores; social, individual, familiar e institucional, contemplando problemas como la existencia de brechas económicas, la falta de preparación y carencia en habilidades clave para el éxito en la vida universitaria, poca seguridad en la elección de carrera, inflexibilidad en los programas curriculares, falta de proximidad entre la institución y el alumno, dificultades en la integración social universitaria, existencia de dificultades psicológicas a nivel individual y familiar, entre otros factores.
Es importante destacar que los departamentos académicos de las instituciones de Educación Superior son responsables de programas de calidad y de proporcionar los recursos adecuados que permitan el éxito estudiantil, con conocimientos acorde a los estándares del mercado. Para esto, es necesario monitorear su progreso, evaluar su trabajo y proporcionales una retroalimentación para que puedan aprender por sí mismos.
El panorama ideal ocurre cuando los estudiantes interactúan con el material del curso y están cognitivamente dispuestos para el aprendizaje en las condiciones que facilita el programa, ya que tienen más probabilidades de retener la información, porque no solo se familiarizan con ella, sino que también cumplen con una instancia clave del diseño curricular dispuesto para esto. Es decir, los estudiantes que se ausentan pierden oportunidades de éxito.
Hoy la tecnología permite identificar deficiencias en el proceso, existen soluciones tecnológicas que no solo controlan asistencia, sino que proporcionan información relevante sobre los contenidos cubiertos en la clase, proporcionando una ventaja importante a las instituciones que cuentan con dicha información para la confección de programas de apoyo específicos que ataquen los problemas reales de los estudiantes.
El éxito estudiantil en el sistema educativo tiene una repercusión más allá de la entidad de Educación Superior, la comunidad local y nacional se ve impactada por cada profesional que ingresa al mundo laboral con una formación de calidad, por ello, la práctica de la retención no solo promueve el éxito para el estudiante, sino que es un aporte importante para la sociedad.
Alerta para la Educación Superior
El informe Improving Retention, Completion and Success in Higher Education de Australian Higher Education Standards Panel publicado en 2018, destaca que la asistencia de los estudiantes de una institución tiene principal influencia en las tasas de deserción.
Los estudios del panel demuestran que los impulsores de la deserción son “el entorno de aprendizaje, la capacidad de enseñanza de los profesores, la falta de participación de los estudiantes, la alta proporción de estudiantes y personal, la ayuda insuficiente para los estudiantes y los factores personales, tales como eventos financieros, emocionales, de salud u otros eventos de la vida que afectan a estudiantes universitarios”.
Los expertos del panel señalan que los métodos que aplican las universidades para retener a los estudiantes son de interés para toda la comunidad de educación superior; «la innovación en la educación superior y el alejamiento de una experiencia de educación superior tradicional para satisfacer las necesidades actuales y futuras del mercado laboral deben tenerse en cuenta en las discusiones actuales sobre el desgaste», explica el informe.
Por su parte, la agencia American College Testing (ACT) publicó en 2016 un informe donde ahonda en la retención estudiantil de los estudiantes universitarios de Estados Unidos, el estudio revela que casi un tercio de ellos desertarán.
El panorama australiano y americano no son más que un reflejo de un desafío común que tienen todas las instituciones de Educación Superior en el mundo, las cuales deben implementar herramientas que les permitan detectar todas las aristas que involucran la posible salida del estudiante del sistema educativo.
El seguimiento es el primer paso
Un artículo de Higher Education Academy, explica cómo la implementación de una cultura disciplinaria y ciertas medidas preventivas pueden hacer la diferencia en el éxito estudiantil. Se trata de generar un lazo de compromiso entre el estudiante y la institución.
La Desarrolladora Educativa de la Universidad de Plymouth, Dra. Lynne Wyness, aconseja cinco lecciones clave para la retención de los estudiantes:
- Los datos son fundamentales para comprender el problema
El control de la asistencia entregará información fundamental sobre la conducta del estudiante, y con el seguimiento de este se podrá determinar cuáles son las distintas variables por las que los estudiantes de la institución en particular dejan de asistir.
- No existen fórmulas para intervenir, pero si antecedentes
Si bien se pueden generar programas de intervención estandarizados para los casos detectados, solo la experiencia ayudará a encontrar la solución oportuna para cada caso.
- Lo que se hace en el aula y la relación con el estudiante es fundamental
El compromiso del estudiante con la institución se profundiza día a día desde la relación con el docente. Es muy importante contar con profesionales comprometidos con el aprendizaje de los alumnos.
- Los programas de apoyo pueden tener un impacto real
Ya sean problemas financieros, familiares o de tope de horario, la intervención temprana siempre puede hacer la diferencia.
Conclusión
Hoy el éxito estudiantil y en especifico, la retención de estudiantes y alerta temprana ha pasado a ser un factor fundamental para las instituciones de educación superior, esto tanto por el impacto individual que tiene para los alumnos como el impacto social que genera.
El control de la asistencia es un paso primordial de apoyo para toda la cadena de interacciones que tiene el estudiante con la institución de Educación Superior, por esto, es de suma importancia generar procesos de seguimiento específicos que permitan levantar información relevante a modo de generar una toma de decisión consciente y de impacto en las instituciones.
Hoy existen soluciones tecnológicas especificas que ayudan a las instituciones a no solo levantar datos relevantes sobre asistencia y contenido, sino que también prestan ayuda en la determinación de alertas tempranas, lo que ha permitido en gran medida tener un avance importante en estos factores en el contexto universitario.